En el silencio de una cocina al amanecer, en el rincón de una oficina al terminar la jornada, o en la mirada sostenida de una madre que despide a su hijo sin decir palabra, vive una verdad que rara vez se dice en voz alta: las mujere
En el silencio de una cocina al amanecer, en el rincón de una oficina al terminar la jornada, o en la mirada sostenida de una madre que despide a su hijo sin decir palabra, vive una verdad que rara vez se dice en voz alta: las mujere...