Vivimos en una sociedad en la que el fariseísmo es una realidad incrustada en los más altos niveles de la estructura social, política y religiosa. Nadie se libra de ser dos caras. Todos, creo yo, hemos caído en esta actitu
Vivimos en una sociedad en la que el fariseísmo es una realidad incrustada en los más altos niveles de la estructura social, política y religiosa. Nadie se libra de ser dos caras. Todos, creo yo, hemos caído en esta actitu...