Algo pesado corría sobre el techo de la casa (cuento)

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José J. Guzmán 20 Junio 2025 15:21
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Guiada por su intuición, Lupita decidió volver al pueblo donde una vez fue niña. Tenía la corazonada de que para liberarse, ahora de adulta, de la persecución del Güin, debía confrontarlo cara a cara. Resolvió hacerlo porque tres veces un sueño recurrente la atormentó en noches imprevisibles. En ese mundo onírico, revivía la madrugada del velorio de su abuela. Tenía apenas cuatro años y su madre la acostó en la cama de la habitación donde, horas antes, la pariente que ahora le parecía tan lejana había dejado el plano terrenal. A un lado, en la sala, un grupo de señoras rezaban un rosario de cuerpo presente que poco a poco la sumió en un húmedo letargo. Ya estando en el estado de duermevela, entre la vigilia y el sueño, un extraño animal levantó la lámina de zinc del cuarto y la observó con sus ojos enormes.

La intuición no era nada nuevo para ella; era, en realidad, su fiel compañera de vida. Como psicoterapeuta, se había inclinado al estudio de la metafísica como una terapia personal y de autoconocimiento para tratar los dolores emocionales de sus pacientes. Confiaba en su intuición más que en lo aprendido en las aulas, incluso más de lo que había aprendido leyendo a Freud, a Jung y a Adler. Sin necesidad de ver el reloj, su intuición le dictaba la hora exacta del día, sabía de qué iba a tratar esa llamada que entraba entre sesiones, cuál era el diagnóstico de su paciente, cuál su dolor espiritual y cuál el tratamiento, todo sin necesidad de usar el intelecto.

Sí, era apenas una niña cuando el Güin se le apareció. Recordaba ese mes de marzo. Su madre la sacó de la escuela entre llantos, jalandola del brazo y gritando: ≪¡Está muerta, está muerta, tu abuela está muerta!≫. Luego, tenía imágenes del trayecto en el bus de parrilla; de su madre dándole un manojo de flores para que las pusiera en sus rodillas mientras emprendían el viaje a la costa sur de Guatemala. 

Cuando llegaron al pueblo, que sólo visitaban para la noche de Nochevieja, los familiares y conocidos ya estaban reunidos envueltos en el sopor del velorio. Recordaba las calles de tierra, el centro del poblado donde se vendían huevos de iguana, el tanque de agua donde las señoras lavaban, y a su par, la gran casa de madera de su abuela, el cuerpo en el féretro, las enormes velas de muerto que intensificaban los calores nocturnos y humanos, y la gigantesca carpa instalada en la calle donde las sillas se amontonaban, sin ningún orden específico, esperando más dolientes.

Fue también la primera vez que, quizá, su intuición la visitó, porque mientras la oscuridad avanzaba, supo que el velorio no terminaría pronto y que toda esa gente amanecería allí contando anécdotas y chistes sobre la fallecida hasta que fuera hora de irse al camposanto. Fue entonces cuando le dijo a su madre que estaba cansada, y ella la acomodó en la cama donde su abuela había fallecido esa misma mañana de marzo. La niña se quedó medio dormida, protegida por un mosquitero, mientras sudaba la mala hora previa a su desgracia.

Cuando empezó a entrar en el estado de duermevela, sucedió:

Escuchó cómo algo pesado corría, a gran velocidad, sobre el techo de la casa. Era muy rápido, en verdad era veloz y pesado. Al abrir los ojos, descubrió cómo las láminas se doblaban por la gravedad de lo que sucedía arriba. Era un sonido que, supo, no era de este mundo, porque le provocaba una sensación extraña de no pertenecer, por un momento, a la realidad. La presencia de esa cosa era tan fuerte que pensó que caería en la habitación. Pero, al contrario, hubo un silencio pasajero que la estremeció antes de la fatalidad: a los pocos segundos, una mano peluda, de humano pero con garras de perro, levantó la lámina aflojando los clavos de la madera donde se sostenía, y vio a un perro grande, viejo y babeante, mirándola con sus ojos rojos y puntiagudos mientras le ofrecía una sonrisa gigantesca que dejaba ver sus colmillos.

Lupita salió corriendo del cuarto y, al pasar, volcó una candela. Las rezadoras parecían ajenas a lo que había ocurrido hasta cuando ya estaba sucediendo lo fatal. El vestido de encaje que llevaba pronto agarró las llamas, y su cuerpo se vio envuelto en fuego, quemándole la pierna derecha y dejándole una cicatriz para siempre, un morado que creció con ella, hasta ahora, en el año de sus 33 años.

≪¡Me asustó!≫, gritaba entre el fuego. ≪¡Me asustó!, ¡hay un animal en ese cuarto!≫, decía, mientras las rezadoras intentaban quitarle el vestido e iban corriendo por agua al tanque público al lado de la casa.

Si algo recordaba muy bien, ahora que regresaba al pueblo, era la certeza de que una quemadura duele más cuando sucede en la costa. Se había quemado muchas veces en la vida, pero ninguna le dolió tanto como aquella noche y en los días siguientes, durante las novenas, cuando tenía que meter la pierna al tanque para sentir un poco de alivio.

Aún no había amanecido cuando le aplicaron ungüento, y esta vez su madre decidió acompañarla en la cama para que pudiera dormir unos momentos. Sin embargo, no pudo. El ardor era insoportable. Observaba entre las ranuras de las tablas de las paredes de madera a los hombres del velorio, sentados en las sillas, con las camisetas levantadas sobre el ombligo, abanicándose y tomando cerveza. ≪Se le apareció el Güin a la pequeña≫, decía uno.

Y fue esa misma madrugada, en la que la pasó asustada y delirante por el dolor que escuchó la historia entre las conversaciones de los señores, que a cualquiera le hubieran parecido murmullos, a todos, menos a ella:

—El Güin es un hombre malo que tiene la capacidad de convertirse en perro a voluntad. Se sube a los techos de las casas para causar alboroto y se roba a las gallinas.

Escuchó que había que atraparlo y azotarlo para que dejara de hacer alboroto; escuchó, también, que una vez castigado se convertía en hombre y salía huyendo, aunque siempre regresaba por temporadas.

Aquel pasaje de su infancia desapareció en de su vida, hasta cuando, exhausta después de atender a su último paciente un viernes por la noche, regresó a su casa en la ciudad y se quedó profundamente dormida en el sillón mientras veía una película. Ese episodio de sus cuatro años, volvió en sueños por tres veces.

Los ojos estaban presentes, imborrables cada noche en los que el proceso de alienación se instauró en su alma, hasta hacerle perder la virtud de estar en medio de las coordenadas de la tierra. Dejó de atender en el consultorio una semana antes de haber esperando a que llegara la genuina inspiración de la intuición. A que le dictara lo que debía hacer, y de hecho, fue su fe en ella la que le dijo que debía regresar al pueblo donde una vez fue niña, al cual no había vuelto desde hace una década, cuando su madre falleció. Regresaría a la vieja casa de su abuela que recibió como herencia, y dormir en la misma cama, que seguramente permanecía intacta, encapsulando el tiempo de otras eras, para intentar, por fin, quedarse dormida y, en medio del estado de duermevela, volver a tener contacto con él.

Pero, en efecto, ya era otro tiempo y otro pueblo. Las casas de madera y lámina se habían cambiado por casas de block con terraza, y en lugar de tiendas y cantinas alumbradas al anochecer con velas y focos amarillos, ahora había locales de ventas de cosas pirateadas, ropa americana y artículos de plástico que la alejaban del recuerdo nostálgico de su infancia. Pero había algo extraño, demasiado extraño: los locales, aunque abiertos, estaban vacíos. Las calles estaban vacías, y un maldito aroma le recordaba la presencia de la muerte, ese olor que sus pacientes suicidas llevaban cuando ambos sabían que sería la última vez que se verían, y que la terapia no había funcionado, no porque su intuición fallara, sino porque en verdad ya no había nada que hacer.

Recorrió las mismas calles hasta llegar al centro de la ciudad, donde las luces de neón de feria de dos o tres casetas esperaban a sus dueños como si aquello fuera un pueblo fantasma. Tenía sed, pero nadie servía la horchata; tenía calor, y la humedad de las cuatro de la tarde le golpeaba la cara con un tierno beso que la envolvía en el sudor de una aventura que le parecía extraña. ≪Seguiré soñando≫, dijo, pero el golpe de la realidad activó el mecanismo de su consciencia cuando apareció un grupo de niños descalzos saliendo de entre las champas improvisadas del mercado municipal, corriendo y tratando de desenredar una soga. ≪Apresurémonos≫, dijo uno de ellos, y ella corrió tras ellos para preguntarles dónde estaban los demás.

—Es que lo agarraron —dijo otro—, agarraron al ladrón de gallinas.

—Lo quieren amarrar a un poste en el campo de fútbol —gritó a la distancia el más pequeño.

Lupita supo entonces que el encuentro estaba cerca. No se había equivocado: algo estaba ocurriendo en este pueblo, y ella había regresado para rendir cuentas, para saber, por fin, y conocer la forma humana de quien la llamaba en sueños.

Persiguió a los niños hasta llegar al campo de fútbol, y encontró a la multitud en círculo y en el centro reconoció una figura humana demacrada, golpeada, y con la boca empapada en sangre, pidiendo perdón.

El bullicio era ensordecedor, pero se distinguían las constantes palabras ≪ladrón, ladrón, ladrón≫. Mientras Lupita se abría paso entre la multitud, sintió cómo la mirada de alguien conocido se posaba en ella.

Lupita avanzaba entre la muchedumbre con firmeza, sintiendo que cada paso la acercaba no solo a su destino físico, sino a una culminación inevitable. Algo en su interior parecía estar ajustando cuentas, y gracias a sus estudios de metafísica, comprendía que el universo estaba alineándose justo para este momento.

Al llegar al frente de la multitud, lo vio. No hubo dudas en ella. Estaba sentado y hundido en las alucinaciones de sus golpes. Aquellos ojos inyectados en sangre eran los mismos que la miraron cuando era una niña. Lupita se sintió libre, inspirada, completamente humana. Con voz clara y firme, señaló: ≪Él fue... él fue...≫, mientras se bajaba el pantalón beige, mostrando la quemadura que aún marcaba su piel. ≪Hay que prenderle fuego por lo que me hizo≫, sentenció.

La turba, como movida por el instinto primitivo, desechó la idea de amarrarlo a un poste y roció gasolina sobre el hombre. Uno de los ancianos, con su autoridad sobre las cosas del pueblo, fue quien le prendió fuego con un mechero. El ladrón, envuelto en llamas, corrió por todo el campo de fútbol, gritando de dolor, tratando con fuerza humana, pero también sin esperanza, arrancar su carne mientras su cuerpo ardía. Los minutos transcurrieron lentamente, hasta que su figura, envuelta en el umbral entre lo vivo y lo muerto, colapsó en el centro del campo. Lo que quedó de él no era más que un pedazo de carbón. El olor le recordó a Lupita el de su propio vestido quemado tantos años atrás.

La multitud se dispersó sin hacerle preguntas, como si el acto de justicia fuera tan natural que no necesita explicación. Nadie parecía reconocerla, y ella ya no conocía a nadie. Sintiéndose invadida por la nostalgia, decidió regresar a la casa de su abuela.

En una banqueta, una vecina anciana, flaca y encorvada estaba sentada recibiendo el último rayo de sol del día. La última vez que Lupita la vio, era una señora de apenas 50 años muy gorda. Fue la única que la reconoció: 

—Vaya, que vino a ver su casita —dijo la mujer, mientras la noche empezaba a caer—. Hoy quemaron a un loco.

—Lo sé, lo fui a ver. Me hizo tanto daño —respondió Lupita.

—¿Acaso lo conocía?

—Demasiado bien —dijo entre un suspiro aliviado.

Exhausta, entró en la casa y descubrió que todo seguía igual. Las fotos familiares, los recuerdos de viajes a la costa, el calor envolvente de tiempos pasados y sobre todo la lámina abollada del cuarto de su abuela, y la cama en la que cayó rendida, finalmente libre del espasmo de su infancia. Mientras se estaba quedando dormida, algo pesado comenzó a correr sobre las láminas del techo. Atemorizada, Lupita se cubrió la cara con las sábanas, incapaz de reunir el valor para mirar.

Al día siguiente, con la luz del amanecer, decidió ir al tanque público a lavarse la cara. Allí, vio una colonia de gatos paseando por el lugar y bebiendo del tanque. La vecina se le acercó y le dijo:

—Vaya, que vino a ver su casita, tengo muchas cosas que decirle. Sus láminas ya están muy viejas, es por los gatos. Pasan por el tejado para venir a tomar agua al tanque.

De pronto, todo cobró sentido. A Lupita nunca se le apareció Güin cuando era niña. Lo que vio fue un gato que transitaba por el tejado para llegar al tanque. Su mente infantil, escuchando las historias de los hombres sobre el Güin, transformó al inocente gato que la vio asustado entre las grietas en el monstruo que la aterrorizó durante los sueños.

Pero lo más cruel fue darse cuenta de que aquel ladrón de gallinas, castigado, pero que quizá no merecía morir, había sido quemado vivo por su culpa. La cicatriz que ella mostró no había sido infligida por él, sino por una historia que, ahora lo entendía, su mente de niña había malinterpretado. Entendió que su abuela estaba muerta, su madre estaba muerta, sencillamente muertas, y que los tres sueños, solo habían sido eso, sueños.

Comprendió, entre su desdicha, que su intuición la había traicionado.

SEGUNDO LUGAR EN CUENTO CORTO, CERTAMEN DE LITERATURA, ARTE Y CULTURA GUATEPAZ 2024.


 


José J. Guzmán

José J. Guzmán (Quetzaltenango, 1993). Licenciado en Comunicación Social. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Tiene un libro de poemas publicados: “La Escena Absoluta” (2012).


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OpiniónLiteratura

¿Por qué es importante el autoconocimiento?

Laura Ronquillo 12 Septiembre 2025 07:00
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Se inicia este artículo con una importante frase que pronunció William Shakespeare: “De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo”. ¿Por qué razón? Porque es un proceso importante para entender qué es lo que se quiere y se necesita, lo que agrada, lo que desagrada y encontrar un equilibrio, con el propósito de lograr una vida que provea satisfacción y equilibrio.

En una página de Internet, que se refiere al autoconocimiento, el autor se hace la siguiente interrogante: ¿te conoces a ti mismo?, y a la par hace cuestionamientos muy ilustrativos, que pueden ayudar a comprender este tema.

1. ¿Te responsabilizas de tu vida?
El autoconocimiento va a la par de la autorresponsabilidad. Cuando la persona se conoce a sí misma y conoce su trayectoria, se ve impulsada al cambio, no se siente con derecho de culpar a los demás por lo que acontece en su vida. Tiene la valentía de reconocer y sentirse responsable de sus propios errores y debilidades, también es proactiva para buscar soluciones, deja atrás las quejas, deja de ser víctima para convertirse en parte activa de la solución.

2. ¿Sabes los que quieres y te afanas por conseguirlo?
Cuando la respuesta a esta pregunta es afirmativa, entonces conoce sus metas, tiene claros sus sueños y hace lo posible por descubrir sus habilidades e invierte su esfuerzo en trabajar en ellas y hace planes para alcanzar sus sueños.

3. ¿Conoces tus puntos débiles, que hay que mejorar?
Ninguna persona escapa de tener puntos débiles, aunque a veces no los reconozca. Hay que aprender lo que no es tan bueno en nosotros, aunque produzca disgusto reconocerlas, pero por eso hay que trabajar en el autoconocimiento, conocer y aceptar las debilidades, motivarse para mejorar y desarrollar nuevas habilidades y capacidades, con humildad.

4. ¿Conoces tus recursos y tus fortalezas?
Para responder no hay que tomar en cuenta las etiquetas que nos han puesto los demás. Lo mejores observarse, conocerse y descubrir la respuesta, que no siempre coincide con los demás.
A veces somos más de lo que creíamos ser y somos diferentes a lo que piensan los demás y a lo que pensamos nosotros.

5. ¿Conoces tus puntos débiles, que debes que mejorar?
Todos tenemos puntos débiles. Hay que aprender a ver las partes de nosotros que no son tan buenas, aunque produzca miedo conocerlas y reconocerlas, por eso hay que trabajar en el autoconocimiento, conocer y aceptar nuestras debilidades, motivarnos para mejorar y trabajar en desarrollar nuevas habilidades y capacidades, con humildad.

6. ¿Tienes que mejorar tu relación con los demás?
Es preciso conocerse para tener unas relaciones más sanas, anteponiendo la aceptación de uno mismo, para tener una mejor percepción de los demás y poner límites, tener relaciones humanas francas, comprensivas, empáticas, honestas para afianzar los vínculos con los demás.

7. ¿Conoces nuestros puntos débiles, que hay que mejorar?
Todas las personas tenemos puntos débiles, aunque no los reconozcamos. Aprender a ver las partes de nosotros que no son tan buenas, aunque produzca miedo conocerlas y reconocerlas, pero por eso hay que trabajar en el autoconocimiento, para conocer y aceptar las debilidades y motivarse para mejorar y trabajar en desarrollar nuevas habilidades y capacidades, con una buena dosis de humildad.

Para concluir, se enumeran los 5 tipos de autoconocimiento: Autopercepción, autoobservación, memoria autobiográfica, autoestima, autoaceptación.


Laura Ronquillo

Doctora en Salud Mental y Dinámica Humana, con tres maestrías, Licenciada en Pedagogía, Profesora en Enseñanza Media, escritora de temas de educación, salud mental y psicología, y catedrática universitaria.


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El que está enfermo, no es común ni corriente

Arnoldo Soch Tzul 11 Septiembre 2025 07:00
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Ha trascendido por medio de las redes sociales, Alejandro Giammattei está hospitalizado en un centro hospitalario privado, desde el viernes 5 de septiembre.  Al parecer su enfermedad es crónica.  En ese sentido, el enfermo que está recluido en ese lugar, no es común ni corriente, es actual diputado al PARLACEN -ese antro político al que él dijo, cuando sería presidente de Guatemala, iba a cerrarlo porque no sirve para nada y que es cueva de ladrones; totalmente de acuerdo con él, corrió y se refugió tal y como lo hizo otro amigo suyo, Jimmy Morales. Además, hace apenas 20 meses se convirtió en el primer presidente de la república de Guatemala que no quiso entregar la banda, el botón y el bastón presidenciales, símbolos o insignias más evidentes del cargo que, pasan de un presidente a otro en señal del traspaso de poder; a Giammattei, le importó un comino, dejó tirado las insignias y se fue al PARLACEN.

Pero, lo que es aún más evidente y causa repugnancia fue el saqueo de bienes materiales y humanos en grandes proporciones que realizó este enfermo, que no es común ni corriente en ese hospital privado. Cuando digo, saqueo material, me refiero a los miles de millones robados, sí, literalmente robados, de las arcas nacionales en contubernio con su pareja sentimental Miguelito, el más reciente, conocido como Caso B410, el diputado Chic presentó una querella penal acusando de incumplimiento de deberes, abuso de autoridad, tráfico de influencias, asociación ilícita y pacto colusorio, también está, la compra de las vacunas, la alfombra mágica, etc.  Por supuesto, estos y todos los delitos cometidos por este enfermo, que no es común ni corriente en ese hospital, jamás serán investigados, perseguidos ni nada parecido por el MP de Porras.  Sin embargo, para ahorrarle la fatiga y presupuesto al ente investigador, los valientes periodistas Marvin del Cid y Sony Figueroa, entregaron libros de autoría suya, donde exponen, con evidencia, la corrupción sin límites de este enfermo, que no es común ni corriente.

El saqueo humano se dio con evidencias contundentes en 2020, su primer año de corrupción, me refiero a las más de 20 mil personas fallecidas por no tener medicinas, personal ni equipo médico, para combatir la pandemia de COVID-19. Este enfermo, que no es común ni corriente, viendo con sus propios ojos, el sufrimiento y agonía de su gente, ni lerdo ni perezoso, solicitó préstamos y más préstamos con el pretexto de hacer hospitales y comprar vacunas, lo que hizo fue engordar su patrimonio y la de su pareja sentimental. También considero el saqueo humano, la construcción de 14 escuelas centenarias, de las cuales, únicamente se terminó de construir una.  El costo total de este proyecto fue más o menos de 700 millones de quetzales.  Pero, y, ¿cuándo iniciará su trabajo el ente investigador?

Este martes 9, Giammattei recibió el sacramento de la unción de los enfermos, sacramento que otorga gracia espiritual, paz y consuelo, y, prepara al enfermo para el paso a la vida eterna o para una recuperación. 

Yo, en la particular, y lo digo con total franqueza, espero su pronta recuperación, y, que tenga las agallas suficientes para pedirle perdón a todo un pueblo que aún está sufriendo los desmanes de su gobierno.  Le pido a sus diputados, esos que aprobaron el día de la Biblia, que les lean el Capítulo 19, versículo 8 y 9 del libro de Lucas, estoy seguro, fortalecerá su espíritu y también será de ejemplo para sus diputados.

Para qué sirve el arrepentimiento, si eso no borra nada de lo que ha pasado. El arrepentimiento mejor es sencillamente cambiar.  José Saramago


Arnoldo Soch Tzul

Contador Público y Auditor, asesor financiero y fiscal de pequeñas y microempresas, exalcalde comunitario, auditor social desde hace más de 25 años.


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¿Libertad o ficción? Repensando la Independencia del 15 de septiembre

A casi 200 años de la firma del acta, Guatemala sigue lidiando con un "colonialismo interno".

Sara María Mendoza G. 11 Septiembre 2025 15:44
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¿Hemos celebrado la Independencia de Guatemala como un logro o como una fantasía? Aunque cada año, el 15 de septiembre, nos vestimos de azul y blanco, entonamos el himno nacional y desfilamos con fervor, es crucial que nos detengamos a preguntar: ¿de qué nos independizamos realmente y quiénes se beneficiaron de ese acto?

La historia oficial nos cuenta un relato de libertad y soberanía, pero la realidad, especialmente para los pueblos indígenas y las clases desfavorecidas, fue mucho más compleja. La firma del Acta de Independencia en 1821 no fue una revuelta popular, sino un acuerdo entre las élites criollas.

Preocupadas por el avance de las ideas liberales en España y la inminente independencia de México, decidieron tomar las riendas del poder para mantener sus privilegios. Este movimiento, lejos de ser un grito de libertad para todos, fue una maniobra estratégica para asegurar que el poder económico y político permaneciera en manos de los mismos grupos que lo ostentaban durante la época colonial.

La mayoría de la población, en su gran parte indígena y mestiza, no participó en este proceso ni se vio beneficiada por él. Sus tierras, sus derechos y sus estructuras sociales fueron ignoradas. La firma del acta no alteró significativamente su estatus de subordinación; simplemente cambiaron de amo. En lugar de ser controlados por la corona española, pasaron a estar bajo el dominio de las nuevas élites locales, perpetuando un sistema de desigualdad que, lamentablemente, persiste hasta nuestros días. El 15 de septiembre se celebra una emancipación que, para la mayoría de los guatemaltecos, nunca llegó.

A casi 200 años de la firma del acta, Guatemala sigue lidiando con un "colonialismo interno". Los mismos patrones de exclusión, discriminación y despojo que existían en la colonia continúan vigentes, y esto tiene un impacto directo en la salud de nuestra población. La inequidad social y económica es una herida abierta, y se refleja de manera dramática en el acceso a la atención médica. Las comunidades rurales y, en particular, las poblaciones indígenas, enfrentan barreras significativas para acceder a servicios de salud de calidad. La falta de infraestructura, de personal médico capacitado y de medicinas en las áreas más remotas es una constante. Esto se traduce en mayores tasas de mortalidad infantil, desnutrición crónica y enfermedades prevenibles que persisten. Las cifras lo confirman: somos un país con una de las mayores brechas entre ricos y pobres de América Latina, y esa brecha se refleja directamente en la salud y el bienestar de nuestros ciudadanos. Por ello, celebrar el 15 de septiembre sin una reflexión crítica es, en muchos sentidos, una conmemoración vacía.

La verdadera Independencia no se alcanza en un día con la firma de un documento. Es un proceso continuo de construcción, de autocrítica y de inclusión. El verdadero patriotismo no está en las banderas o los desfiles, sino en el compromiso diario de construir una nación más justa, equitativa y respetuosa de la diversidad que la compone. Celebrar el 15 de septiembre debería ser un momento para reconocer el pasado, honrar la memoria de quienes realmente han luchado por la justicia y, sobre todo, renovar nuestro compromiso con la creación de un futuro donde la libertad y la dignidad sean una realidad para todos los guatemaltecos, sin distinción.


Sara María Mendoza G.

Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.


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OpiniónSociedad

Comunicación asertiva en casa

Dentro de la familia, es importante porque ayuda y beneficia la forma de interactuar, caracterizándose por la honestidad, el respeto y la empatía.

Crysta Nowell 11 Septiembre 2025 15:39
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La comunicación surge desde el momento en que los bebés están en el vientre de la madre, donde comienzan a reconocer las voces del papá y de la mamá. Al nacer, las formas de comunicarse se desarrollan primero con el llanto, luego con balbuceos, hasta que aprenden a hablar. Posteriormente, adquieren otras palabras y son capaces de comunicarse verbalmente.

Sin embargo, la asertividad en la comunicación es una herramienta necesaria para una comunicación familiar efectiva. La comunicación asertiva es la habilidad de expresar lo que se siente, necesita o piensa sin faltarle el respeto a los demás, y que los otros también respeten a la persona que se está expresando.

Dentro de la familia, es importante porque ayuda y beneficia la forma de interactuar, caracterizándose por la honestidad, el respeto y la empatía.

Los beneficios de desarrollar esta habilidad incluyen fortalecer el vínculo familiar, hacerlo más estable, mejorar la convivencia y facilitar la resolución de asuntos, generando un ambiente de confianza donde todos los miembros de la familia se sientan valorados y comprendidos. Lo más importante es que ayuda a los menores a expresar sus emociones de manera adecuada, desarrolla su autoestima y les enseña a establecer límites y expresarlos correctamente.

Para poder desarrollar la comunicación asertiva en casa, es necesario implementar los siguientes pasos:

  1. Establecer contacto visual cuando se esté hablando con otra u otras personas.

  2. Evitar estar viendo o haciendo otra cosa cuando alguien desea comunicar algo. Si está realizando otra actividad y la otra persona desea hablar sobre algo importante, deje lo que está haciendo y preste atención a la conversación.

  3. Cuando esté comunicando algo, asegúrese de que sus expresiones faciales coincidan con lo que está diciendo.

  4. Mantenga la calma mientras habla y evite agitarse.

  5. Sea educado, pero muestre firmeza en lo que dice.

  6. Escuche activamente.


Crysta Nowell

Psicóloga Industrial / Organizacional, Magíster en Gestión del Talento Humano, asesora en procesos de recursos humanos, capacitadora y especialista en reclutamiento y selección de personal.


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OpiniónPsicología

Esta noche recibimos a las reinas nacionales e internacionales

Esta semana quisimos recibirlas como lo merecen: con buena comida, música y la calidez de una ciudad que sabe ser anfitriona.

César Pérez Méndez 10 Septiembre 2025 18:31
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Hoy quiero expresar un profundo agradecimiento a las reinas nacionales e internacionales que nos honran con su presencia en Quetzaltenango. Gracias por aceptar la fiesta de bienvenida que, con entusiasmo, hemos preparado desde La Voz de Xela y nuestros patrocinadores.

 
Reconocemos, además, a la Fraternidad Quetzalteca, a toda su junta directiva y en especial a su presidente, Eduardo Ayala, por sumarse a este esfuerzo que busca resaltar lo mejor de nuestra feria. Su aporte confirma que el trabajo en conjunto engrandece nuestras tradiciones.
 
Esta semana quisimos recibirlas como lo merecen: con buena comida, música y la calidez de una ciudad que sabe ser anfitriona. Ustedes engalanan la Xelafer 2025 y su presencia aporta un brillo especial a cada actividad.
 
En los próximos días se vivirán momentos importantes: mañana se celebrará la elección de Reina Internacional, en la que tendré el honor de integrar el jurado calificador, y el 13 de septiembre será la elección de Reina Nacional de las Fiestas de Independencia. Eventos que no solo son parte de la tradición, sino que fortalecen la proyección cultural y social de nuestra ciudad.
 
Deseo que su estancia en Quetzaltenango sea inolvidable. Que disfruten cada instante, que compartan con nuestra gente y que esta feria sea también una gran oportunidad para dinamizar la economía local, fortalecer los negocios y dar impulso a los emprendedores.
 
A todos los quetzaltecos y visitantes, los invito a vivir intensamente esta feria, a celebrarla con alegría y convivencia, y a demostrar una vez más que somos la Ciudad del Conocimiento que abre sus brazos con hospitalidad y orgullo.


César Pérez Méndez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Usac), con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación (Usac). CEO de La Voz de Xela, profesor universitario y conferencista.


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Despedidas de graduandos: un legado en Quetzaltenango

Estas despedidas se realizan el 15 de septiembre, después del desfile, y son invaluables para los graduandos y para quienes cambian de centro de estudios.

Vilma del Rosario Xicará 10 Septiembre 2025 09:11
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La sociedad guatemalteca se debate entre quienes celebran la Independencia que lograron los criollos que vivían en Guatemala respecto a la corona española y quienes no le dan importancia a este acontecimiento, por considerar que la población no es independiente y que no están dadas las condiciones en el país para ser soberano.

Existe una parte de la población que sí celebra las fiestas de Independencia con el mejor de sus esfuerzos; esta se representa en la niñez, adolescencia y juventud, para quienes estas fechas no son una conmemoración de Independencia, sino un cambio en su vida académica. Son comunes los ensayos de las bandas escolares, batonistas, gastadores y comitivas de desfiles en escuelas, institutos y colegios.

Lejos de las posturas que están en contra de los desfiles, para estos jóvenes y niños, estas fiestas no significan solo una actividad más de conmemoración. Muchos esperan la despedida de quienes ya no continuarán en su centro educativo, ya sea porque irán a otro o ingresarán a la universidad. Estas despedidas, en cada centro educativo, están llenas de nostalgia, tristeza, recuerdos imborrables y del significado del cambio de comandancias, abanderados, entre otros.

Estas despedidas se realizan el 15 de septiembre, después del desfile, y son invaluables para los graduandos y para quienes cambian de centro de estudios, pues representan decir adiós a la vida escolar conocida hasta ese momento, sabiendo que nada volverá a ser igual y que esos años vividos son los mejores y nunca regresarán.

En estas despedidas, hasta quien se cree el más hombre o la mujer más fuerte lloran; son esperadas por todos estos niños y jóvenes, quienes tienen todo el derecho de seguir transmitiendo este legado a las futuras generaciones. Por estas razones, los exalumnos vuelven cada año a ver la despedida y sentir que aún pueden revivir esos recuerdos en el corazón.


Vilma del Rosario Xicará

Con más de 20 años de experiencia en finanzas, auditoría pública, impuestos y rendición de cuentas. Docente universitaria, Contadora Publica y Auditora, y Dra. en Auditoría Gubernamental y Rendición de Cuentas y Transparencia en la función pública.


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Opinión15 de Septiembre

Distribución de cargas a nivel empresarial

Idea sencilla: distribuir los recursos con justicia y un propósito claro ayuda a que la empresa funcione de forma más equilibrada y sostenible.

Edwin Ibarra 9 Septiembre 2025 17:25
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La distribución de cargas es una forma de usar mejor los recursos de la empresa. Consiste en repartir tareas y servicios entre equipos y sistemas para que todo funcione sin atascos y con menos riesgos.

Qué significa a nivel empresarial:

 

  • Poner las tareas adecuadas en el lugar correcto.
  • Evitar que una parte se llene de trabajo y otra quede vacía.
  • Mantener las cosas funcionando incluso si hay cambios o hay fallos.

Ideas fáciles de seguir:

  • Ver todo: conocer qué tareas hay, quién las usa y qué dependen de ellas.
  • Priorizar: decidir qué es lo más importante y cuánto tiempo debe durar.
  • Ajuste dinámico: mover recursos cuando aumenta la demanda o hay un problema.
  • Confiabilidad: usar diferentes proveedores o rutas para no depender de una sola.
  • Medir y planear: medir tiempos de respuesta, uso de recursos y cuánto tarda resolver problemas; hacer cambios de forma ordenada.

Qué beneficios trae:

  • Menos costos y uso más eficiente.
  • El cliente nota mejor experiencia y entregas más rápidas.
  • La empresa puede adaptarse mejor a cambios y amenazas.

Deuteronomio 16:17
"Cada uno dé lo que tenga para dar según la bendición del Señor vuestro Dios, que os haya dado".


Edwin Ibarra

Médico Especialista en Cardiología y Ecocardiografía. Coach, conferencista y entrenador certificado por el Programa de John Maxwell, Pastor de la Red de Empresarios y Profesionales de Iglesia Bethania Quetzaltenango. Fundador de los Proyectos “Sanando el Corazón” y “Discipulado Empresarial 20/20”.


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OpiniónLiderazgo

Lo que necesitas y no necesitas en tu closet

Carol Contreras 8 Septiembre 2025 15:30
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Inevitablemente, en su mayoría las mujeres caen en las compras compulsivas dictadas por temporadas, descuentos especiales, modas o tendencias. Los hombres, por el contrario, la gran mayoría no presume de falta de espacio en su parte del closet, son más prácticos y menos compulsivos en cuanto a prendas de vestir o accesorios. Sin embargo, cuando se trata de reorganizar el closet, se debe evaluar lo que está bien y lo que no. Podemos ajustarnos a ciertos detalles. ¿Qué necesitamos conservar?

1. Ropa que te hace sentir bien. Sin seguir modas o tendencias, que se ajusten a tus medidas y te hagan proyectar quién eres.

2. Prendas básicas. Que te permitan crear variedad de atuendos para oficina, trabajo o área social.

3. Prioriza calidad sobre cantidad. Para un closet funcional, la calidad es necesaria en tus prendas y accesorios.

4. Accesorios clave. Incluye zapatos para diferentes ocasiones, bolsas en buen estado, colores neutros y diseños que comuniquen tu personalidad. Bufandas, cinturones y joyería que eleven tus atuendos.

Lo que no necesitas

1. Prendas que no usas hace más de un año. Puede ser porque ya no te identificas con ellas, porque no es tu talla o simplemente le perdiste el gusto.

2. Prendas dañadas o desgastadas. Aquellas que ya no tienen reparación o muy deterioradas, debes eliminarlas.

3. Prendas que ya no se adaptan a tu estilo. Quizá fueron compras compulsivas, regalos o las de “ocasiones especiales” que nunca usas.

Puedes donar, vender o intercambiar, un closet bien organizado no solo optimiza el espacio, sino también facilita las decisiones de tu día a día y de futuras compras relacionadas con tu estilo y personalidad. Recuerda que, en los pequeños detalles, está el poder de tu imagen.


Carol Contreras

Coach de Imagen


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Verse bien no es sinónimo de estar bien

Silvia Morales Paniagua 8 Septiembre 2025 12:00
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En el mundo moderno estar bien se traduce en verse bien, por lo general si una persona ve a otra persona físicamente bien asocia el bienestar por la forma en la que la percibe, sin embargo, es importante resaltar que estar bien está íntimamente relacionado con la salud física, mental a sentirse satisfecho con la vida y tener un sentido de propósito, el concepto de estar bien puede variar en cada persona, ya que es algo muy subjetivo.

El deseo de Dios es que usted viva bien, pero debe entender que abarca todos los aspectos de su vida, por lo que constantemente es bueno realizar una autoevaluación del estado en el que se encuentra. Constantemente las personas se enfocan en sentirse bien físicamente, en relaciones laborales, familiares, pero en pocas oportunidades involucran tiempo para cuidar la vida emocional y espiritual, ahora bien, estos aspectos dependen si o si de la persona y no hay poder humano ni divino y discúlpeme si cree estoy cometiendo una herejía, lo que quiero expresar es que para todo debe haber una dosis de voluntad propia.

Recientemente, platiqué con una persona quien decía que oraba mucho a Dios porque su esposo cambiara hábitos y temperamento lo que provocaría según ella el bienestar de él y de toda la familia, con mucho aprecio le respondí: el problema es que Dios siempre va a querer, el tema es cuánto quiere el esposo rendir su voluntad a los deseos y propósitos de Dios.

Estar bien ¡está íntimamente ligado a la conexión con Dios!, y no me refiero a asistir con regularidad a una iglesia, trabajar en un ministerio como quien asiste a un gimnasio con regularidad para desarrollar su cuerpo, me refiero a permitir que sea Dios el instructor personalizado de nuestro caminar y de nuestra parte rendir la voluntad para hacer las mejores elecciones que evidentemente provocaran un bienestar.


Silvia Morales Paniagua

Docente de nivel primario y básico con Especialidad en Ciencias Naturales. Licenciada en Administración Educativa y Magíster en Educación Superior.


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