"Estabas preciosa vestida de nada" (cuento)
Inspirado en la novela "Contigo en la distancia" de Carla Guelfenbein; el poema "La poesía jamás te olvidará" de Elvira Sastre y la canción "Perdimos el control" de Nacho Vegas.
ANTES DEL FIN DE SEMANA
Los saludos cordiales duraban ya 15 días. Su número había llegado a mi teléfono en una de esas reuniones apresuradas en las que dos excompañeros de secundaria fingen tener poco tiempo para saludarse en un centro comercial y se despiden aún más apresurados. Durante esas dos semanas, solo nos enviamos mensajes por WhatsApp de “buenos días” y “buenas noches”, un “todo bien” y un “espero que tu jornada sea exitosa”.
El martes por la noche, la ansiedad me golpeó el pecho luego de sugerirle que nos viéramos para poder conversar. Eran las 6:15 de la noche cuando se lo pregunté y fueron las 8:33 cuando vio el mensaje. Por un momento pensé que, erróneamente, había roto una distancia adecuada; que había sido malagradecido con su cortesía, cuando ella se tomaba el tiempo para responderme; que, en todo caso, le había faltado el respeto queriendo traspasar su espacio personal cuando ella tan solo por educación me había dado su número.
Me dejó en visto.
Confiado ya en mi derrota, consideré que lo mejor era olvidarme del caso y salir por donde había entrado. Sin embargo, el jueves por la mañana me respondió un extenso texto en donde me contaba de sus días, que ella llamaba "las correderas de la vida", y que por eso no me había contestado.
En su respuesta me habló de su matrimonio, del pequeño Javier de cinco años que ya estaba en la escuela, me habló de sus quehaceres domésticos, de que no tenía nada que ponerse para un viaje de fin de semana en el que iban a asistir, lejos, a la graduación de maestría de un primo de su esposo. También me dijo que no tenía ganas de ir. Me habló del menú que haría para el almuerzo, de que estaba viendo una serie y al final del mensaje: “Si no voy a la graduación, con gusto nos vemos”.
VIERNES
No fue a la graduación. Es más, luego de conversar con su esposo, me dijo que acordaron que ella se quedara en casa, pero en verdad, tendría todo el fin de semana: desde el viernes al mediodía, hasta el domingo por la tarde, para ella sola.
Era la mujer más hermosa del mundo cuando la vi entrar al café. Se vistió simple, con tenis, pantalón azul y una blusa amarilla que resaltaban las almendras que tenía por ojos. Vestida como para ir de viaje.
El 50 por ciento del éxito de cualquier relación, ya sea personal, empresarial o académica, le corresponde a la empatía. Ella y yo sentimos simpatía por el otro. Tanta empatía, que al descubrir la recién iniciada tarde del viernes decidimos viajar a una playa a algunos kilómetros de allí y disfrutar el fin de semana juntos hasta que fuera el domingo por la tarde.
La tarde era fresca cuando llegamos y ella aprovechó para disfrutarlo en una sesión rápida de bronceado. Le pregunté si su esposo notaría el cambio en su color de piel, tomando en cuenta que supuestamente ella estaba en su casa.
—Ya sé qué le voy a decir —me dijo.
Por la noche recorrimos las calles a la orilla del indómito mar, comimos, bailamos, bebimos y poco a poco nos convertimos en unos confidentes inocentes que tenían tanto para contarse.
Rendidos al fin de la fiesta. Nos sentamos en una banqueta y su autoridad tomó el control de la noche.
—¿Con cuántas mujeres has estado? —Me preguntó mientras encendía un cigarro.
Le mentí respondiéndole que era virgen. Se atascó con el humo y sonrió ligeramente. Nos quedamos en silencio por un momento.
—¿Y tú? —Le pregunté.
—Solo con tres —me dijo —. Mi primer hombre fue mi esposo.
Interesado en ese secreto que suponía el acto de la infidelidad, le pregunté por los otros dos.
El segundo fue un desconocido de acento extranjero la noche de su despedida de soltera y el tercero, el día de su boda, con el mejor amigo de su esposo, en algún momento entre la bendición del sacerdote en la iglesia y el brindis antes de la cena.
—Pobres —dijo—, pronto los dos serán socios.
Esa noche dormimos juntos en el hotel. Tal como lo imaginaba, su piel denotaba el mando que su madurez tenía en el mundo.
SÁBADO
Disfrutamos del mar y del sol. Cuando llegó la tarde, su bronceado era evidente y le pregunté si estaba segura de que tendría una excusa para el domingo por la noche.
—Ya sé qué le voy a decir —me dijo.
La duda me asaltó, como asaltan todas las dudas, a partir de los recuerdos. Me recordaba lo que decía mi catecismo de Primera Comunión: "Nunca con la mujer de tu prójimo" y caí en cuenta, hasta entonces, de que estábamos en un lugar peligroso, frente a la vista de todos, guiándonos por el camino de la infidelidad, totalmente indefensos.
La tarde la aprovechamos para compartir una botella de vino en un restaurante con una vista impresionante de la dimensión de la naturaleza.
Fue entonces cuando me contó que había aceptado verme porque estaba cansada de su matrimonio. Me contó que se casó muy joven y que su papel siempre había sido el de ponerse bonita para los amigos de su esposo.
—Yo soy como la medalla más importante que él ha ganado, solo eso. —dijo.
Me contó que él no la embarazó durante 10 años por el miedo a que su objeto más preciado perdiera la forma que le daba enviada a sus amigos. Me contó que ella tenía que sonreír en las reuniones sociales y nunca bajar la vista. Mostrarse indomable, lejana a todos, irresistible, pero al llegar a casa volvía a ocupar su lugar como cualquier cosa de la sala mientras él se concentraba en sus negocios. Me contó del pequeño Javier, que lo amaba, que ese hijo había nacido no planificado una noche en la que él quiso desestresarse de estar mucho tiempo en la gloria de su empresa.
Me contó que al pequeño le gustaba el mar, tanto como a ella. Y luego suspiró. Cuando cayó la noche, se puso a llorar, finalmente con su alma vestida de nada, nos abrazamos y caminamos otro poco.
Esa noche cada quien ocupó su cuarto en el hotel.
DOMINGO
Su color de piel era otro. El bronceado ya era de tres días, pero ella parecía confiada en su respuesta: “Ya sé qué le voy a decir”.
La mañana la aprovechamos para acudir a los mercados y a uno que otro museo donde exponían especies marinas. En fin, estábamos distrayéndonos para lo inevitable: la llegada del domingo por la tarde.
Cuando fuimos conscientes de la caída de la hora, finalmente me dijo:
—Hay veces que mi esposo me parece tan similar a los otros dos, no tiene nada de especial.
La observé con ternura y entonces descubrí que yo había sido como una huida a sus jornadas, a la que, en pocas horas, inevitablemente, debería volver.
—En verdad, no quiero regresar —confesó con la vista puesta en el lejano horizonte del tiempo que poco a poco dejaba de pertenecernos.
Sin embargo, la hora llegó. La despedí y ella se subió en el bus de turistas que la llevaría de regreso a su realidad.
Nos observamos a través de la ventana, creyendo quizá, como el final de una película de amor, que yo subiría a rescatarla o ella bajaría para abrazarme y fugarnos finalmente rumbo a la felicidad.
Pero nuestra mirada era otra, una que anunciaba que ninguno de los dos se atrevió a hablar de un futuro juntos y que aquello solo había sido una aventura de la que salimos bien librados: Ella regresaría a ser la mujer más hermosa del mundo para los amigos de su esposo y a contarle al pequeño Javier a través de un cuento para niños lo que vivió a la orilla del mar y yo estaría feliz de no haberme atravesado con el filo del cuchillo de su marido, rebanándome la garganta, dirigido por sus celos.
Recuerdo su última mirada, y la sonrisa temblorosa con la que finalmente me despidió: era una niña asustada y entonces, caí en cuenta de que ella no tenía ninguna respuesta para explicar su bronceado y que esa noche del domingo ella daría el mensaje más contundente y genuino de sus 15 años de matrimonio a través del nuevo color de su piel.
El bus arrancó, y mientras terminaba ese corto fin de semana, comenzaba el olvido más largo de nuestras vidas.
José J. Guzmán
José J. Guzmán (Quetzaltenango, 1993). Licenciado en Comunicación Social. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Tiene un libro de poemas publicados: “La Escena Absoluta” (2012).
Nuestro presupuesto de ingresos y egresos 2026. Parte IV, final
Resumiendo este somero análisis al presupuesto de Ingresos y Egresos 2026 del Estado, los contribuyentes aportaremos 126 mil 800 millones 287 mil 853 quetzales —78% del total de presupuesto—, hay un saldo no ejecutado del año 2025 de 5 mil 417 millones 094 mil 804 quetzales, además se recuperarán otros ingresos de 51 millones 209 mil quetzales, entonces, nuestra disponibilidad será de 132 mil 268 millones 591 mil 657 quetzales, es decir, casi, el 80%; pero, lo que necesitan o lo que pidieron los tres organismos del Estado —legislativo, judicial y ejecutivo— son 63 mil 469 millones 328 mil 657 quetzales, estimado lector, podrá darse cuenta, nos hace falta 31 mil 200 millones 737 mil quetzales, ¿qué hacemos?, la Comisión de Finanzas Públicas y Moneda del congreso ya aprobó el dictamen y los diputados ya aprobaron el presupuesto, es decir, ya está cocinado. Tenemos que pedir prestado el 20% del presupuesto.
Estamos ante un círculo vicioso, la de nunca acabar. Leamos más despacio, el Estado necesita prestar, en 2026, 31 mil 200 millones 737 mil quetzales, sin embargo, en el presupuesto de egresos, el Estado está indicando que pagará 21 mil 368 millones 706 mil 634 quetzales para abonar a la deuda histórica —capital e intereses y comisiones—. Les explico más a detalle el pago a la deuda pública: Lo que realmente se pagará al capital serán 3 mil 383 millones 944 mil 700 quetzales, y el pago a intereses y comisiones será de 17 mil 984 millones 761 mil 934 quetzales; en otras palabras, de un quetzal, se pagarán 16 centavos a capital y 84 centavos a intereses y comisiones. ¿Señores diputados de la Comisión de Finanzas Públicas y Moneda, cómo es posible que, nuestro dinero se utilice para pagar más en intereses y comisiones que a amortizar al capital?
El dolor de cabeza no termina allí. Con bombos y platillos festejamos que, vamos a abonar a capital 3 mil 383 millones 944 mil 700 quetzales, pero, regresamos y entramos de nuevo al local del prestamista para pedirle 31 mil 200 millones 737 mil quetzales para darle sueldos, bonificaciones, combustible, viáticos, viajes, asesores a los funcionarios de los tres organismos del Estado, si no les damos esos gustitos, se enojan y no nos atienden bien. Estimado y honorable lector, ya se dio cuenta de que, nuestra deuda pública a finales del año 2026 aumentará 27 mil 816 millones 792 mil 300 quetzales. ¡Qué lamentable, qué manera de administrar —robar— nuestros impuestos!
Por eso insisto, lo reitero una y mil veces, usted y yo, debemos exigir el manejo y uso transparente, responsable y ético el dinero que reciben los CODEDES y COMUDES, porque, serán más de 10 millones más el saldo que no será ejecutado en 2025, lo que tendrán a la mano estas instituciones. Es inaudito, inaceptable y vergonzoso, en el presupuesto 2026, a los CODEDES y MUNICIPALIDADES les asignaron el 15% del presupuesto, mientras que, para pagar la deuda pública, —capital e intereses— se asignó el 20%.
La responsabilidad es compartida, lamentablemente hay poca ciudadanía y casi no la ejercemos, y cuando nos animamos a ejercerla, y, manifestamos nuestra indignación, el aparato perverso y corrupto del pacto de corruptos —MP, CSJ, CC— funcionan a la perfección y nos criminalizan, sin embargo, el futuro de nuestros hijos y nietos, está en nuestras manos y debemos defenderlo a cualquier precio.
Prefiero morir de pie que vivir de rodillas, no es una frase común, significa, vivir con dignidad, libertad y principios arraigados, enseñanzas de nuestros ancestros, en lugar de sobrevivir en sumisión, opresión, con la cabeza agachada ante la mirada del corrupto.
¡UNA NAVIDAD SIN PRESOS POLÍTICOS, LIBERTAD PARA LUIS, HÉCTOR, CHEPE, CAMPO Y CIENTOS DE EXILIADOS!
Arnoldo Soch Tzul
Contador Público y Auditor, asesor financiero y fiscal de pequeñas y microempresas, exalcalde comunitario, auditor social desde hace más de 25 años.
Empatía durante las celebraciones de fin de año
Los profesionales de la salud instamos a que, en estos casos, se evite emitir comentarios negativos.
Hoy, en Quetzaltenango, amanecimos con la triste noticia de una persona que se encontraba en el techo de la municipalidad, seguramente con intenciones de atentar contra su vida. Este hecho resulta sumamente preocupante; sin embargo, también lo es la falta de empatía que se percibió en los comentarios realizados por algunas personas en distintos espacios de las redes sociales.
Las fiestas de fin de año suelen asociarse con mensajes de felicidad, celebración, reuniones familiares, encuentros con amigos y vacaciones. No obstante, para muchas personas esta temporada despierta sentimientos de soledad, tristeza, angustia y una serie de emociones que se asocian con la depresión. Todos estos factores pueden provocar que quienes viven con estas sensaciones vean incrementados los pensamientos suicidas y, con ello, el riesgo de intentar atentar contra su vida.
Hablar de empatía en este contexto no es opcional. Es necesario comprender que estas personas requieren ayuda. Los casos de suicidio ocurren durante todo el año, pero lamentablemente aumentan en esta temporada a nivel mundial. La empatía, en este escenario, consiste en reconocer que no todas las personas viven las fiestas de la misma manera. La expectativa de que todo debe estar bien puede resultar abrumadora para quienes son emocionalmente vulnerables. Para las personas en riesgo, sentirse comprendidas y acompañadas puede ser un factor clave para evitar este tipo de situaciones.
Los profesionales de la salud instamos a que, en estos casos, se evite emitir comentarios negativos, ya que desconocemos si detrás de las redes sociales existen otras personas emocionalmente vulnerables que leen este tipo de mensajes, los cuales, por falta de empatía, pueden resultar dañinos.
Asimismo, recomendamos sonreír a las personas, abrazar a familiares, amigos y conocidos, ya que la depresión es silenciosa y resulta muy difícil detectar si quienes nos rodean están atravesando un conflicto tan serio como este. Acompañar sin intereses y practicar la empatía puede marcar la diferencia. Si usted está sufriendo depresión o conoce a alguien que presenta manifestaciones de esta condición, le exhortamos a buscar ayuda profesional para salir adelante y prevenir este tipo de eventos.
Crysta Nowell
Psicóloga Industrial / Organizacional, Magíster en Gestión del Talento Humano, asesora en procesos de recursos humanos, capacitadora y especialista en reclutamiento y selección de personal.
OpiniónEmpatía
Elija estar siempre alegre
“Alégrense siempre en el Señor; se los repito, alégrense” (Flp 4, 4). No hemos nacido para estar tristes, sino para vivir siempre alegres. Pero muchas veces las circunstancias adversas de la vida nos impiden exteriorizar esos sentimientos bonitos que llevamos dentro. Estoy casi seguro de que en este preciso momento hay en su mente y en su corazón muchísimas razones para estar mal, para lamentarse y no tener ganas de nada. Pero este es el momento en el que debemos ver hacia dentro de nosotros y descubrir que, en nuestro interior, hay un pozo, un manantial interno en donde está ese valor de la alegría que necesito en el presente para ponerme de pie y seguir caminando, aunque razones para estar mal haya muchas.
El tercer domingo de Adviento es llamado el domingo de “Gaudete”, de la alegría, porque marca un momento de regocijo en la preparación del nacimiento del Señor: “Esto dice el Señor: regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y se cubra de flores, que florezca como un campo de lirios, que se alegre y dé gritos de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón” (Is 35, 1-6. 10).
Este tercer domingo de Adviento, nos advierte la cercanía del nacimiento de Jesús en Belén. De hecho, esta semana también tienen lugar las posaditas en diferentes lugares de la comunidad, lo cual también es un signo de que estamos cerca del nacimiento de Jesús en Belén.
El sacerdote, este día, se viste también de color rosado como un signo de gozo y alegría por la cercanía del nacimiento de Jesús. Como decía más arriba, independientemente de las adversidades de la vida, hay que hacer todo lo posible por encontrar esa alegría interna en lo más profundo de nuestros corazones, para que brote y nos irradie de su dulzura y de su paz.
¡Cuánta alegría le hace falta al mundo! Hace apenas unos días, iba entrando al municipio de Concepción Chiquirichapa; había cola de entrada y de salida. Pero un señor, que estaba saliendo hacia Los Duraznales, se estacionó como si estuviera en el patio de su casa, e hizo una cola enorme. Todo mundo pitándole, y nada. De pronto salió de un local de enfrente, se metió lentamente a su carro y, como le seguían pitando, se salió y comenzó a alegar. Se miraba muy mal. Yo dije dentro de mí: “Pobre señor, cuánta amargura no ha de tener en su corazón”. Y este es tan solo un ejemplo de los cientos de casos de gente amargada en el tráfico, en las oficinas y recepciones.
Por lo tanto, hoy es un buen tiempo para que reflexione sobre qué tan alegre o amargado es usted. Hay gente que se enoja sin motivos, y pasa a la par de uno, y como que no lo conocieran. La amargura es un virus que afecta a todos. Y el mejor antídoto para la amargura es la alegría cristiana.
Por muy grandes que sean nuestras limitaciones humanas, nuestras confusiones personales y nuestros desalientos, no desmayemos. Todo lo contrario: seamos fuertes y firmes. Encontremos el coraje que necesitamos para fortalecer nuestras rodillas y seguir caminando. Encontremos en el Señor la fuerza para salir adelante. Nunca es tarde para comenzar de nuevo a reconquistar la alegría cristiana. El mundo necesita de personas alegres. Y es que una persona alegre fastidia menos a los demás.
P. Orlando Pérez
Sacerdote católico, Licenciado en Teología, Licenciado en Psicología General, catedrático universitario, con una maestría en Docencia Superior Universitaria.
Incremento de basureros clandestinos
Es importante que las autoridades correspondientes verifiquen que los vecinos cuiden el ornato y multar a quienes correspondan.
Quetzaltenango está en crecimiento poblacional, pero también en problemas sociales y medioambientales, tal es el caso de la proliferación de pequeños focos en donde los vecinos están acumulando basura y que con el tiempo se convierte en basureros clandestinos.
En este sentido hay dos actores clave que deben procurar por la limpieza y el ornato de la ciudad, uno de ellos es la municipalidad quien debe verificar que los camiones recolectores pasen en todos los sectores, ya que a veces por no ingresar a ciertas calles o avenidas recogen en puntos en donde la población acumula la basura antes de que pase el camión. El problema es que las personas que se dedican al reciclaje abren las bolsas y ya no las dejan cerradas, toda la basura se esparce en la calle y nadie se encarga de levantar los restos de basura que quedan esparcidos en la calle; como ejemplo se cita el arriate central de la calzada que va desde El Tanque hacia la Ciudad de los Altos en la zona 10 de Xela.
Los otros actores clave son los vecinos que no tienen orden ni respeto por las calles y avenidas ya que tienen artículos que están en mal estado y los sacan a tirar a la calle, con el pasar de los días otros vecinos pasan tirando bolsas de basura y desechos que nadie se lleva, incluso el camión pasa y el recolector pasa y no se lleva esa basura, como ejemplo se puede verificar el basurero que se está formando entre las 12 y 14 avenidas sobre el sector conocido como La Línea; inicialmente era un colchón, luego acumularon cajas y en los últimos días bolsas de basura.
Es importante que las autoridades correspondientes verifiquen que los vecinos cuiden el ornato y multar a quienes correspondan, de la misma manera que el camión recolector de basura cumpla con sus funciones y no propicie la formación de basureros clandestinos.
Vilma del Rosario Xicará
Con más de 20 años de experiencia en finanzas, auditoría pública, impuestos y rendición de cuentas. Docente universitaria, Contadora Publica y Auditora, y Dra. en Auditoría Gubernamental y Rendición de Cuentas y Transparencia en la función pública.
OpiniónQuetzaltenango
La verdad que se practica transforma
La coherencia interna precede al éxito externo.
Una conferencia puede inspirar, pero el verdadero cambio ocurre cuando las ideas se convierten en acción.
Lo confirmé recientemente al asistir a una poderosa conferencia de Margarita Pasos en Monterrey, Nuevo León, México: el desarrollo personal no comienza en el escenario, comienza en casa, en la mente y en las decisiones diarias.
Muchos buscamos motivación, pero lo que realmente transforma es la responsabilidad personal. Cuando dejamos de culpar a las circunstancias y decimos “yo me hago cargo”, la vida empieza a ordenarse. No es magia, es enfoque. Nada grande se construye sin aprender a manejar el tiempo y estar 100 % presente en lo que hacemos.
La mente es el campo de batalla más importante. Con la mente consciente trazamos metas; con el subconsciente las alcanzamos. Por eso importa tanto lo que nos decimos todos los días. La mente trabaja más para evitar el dolor que para buscar el placer. Si no cambiamos, el dolor permanece. Si cambiamos, el esfuerzo duele un poco, pero libera.
Un ejemplo simple: no es lo mismo decir “no tengo dinero” que afirmar “estoy construyendo abundancia”. Las palabras no son decoración; son programación. Nunca digas, ni en broma, lo que no quieres vivir como realidad. El diálogo interno crea escenarios, hábitos y destinos.
Otro momento clave ocurre cada noche. Antes de dormir entramos en un estado mental profundo, altamente receptivo. Es el mejor instante para sembrar ideas correctas: agradecer, visualizar, repetir afirmaciones positivas. Dormir con preocupación programa miedo; dormir con intención programa dirección.
Nada se puede construir afuera si no estamos bien por dentro. La coherencia interna precede al éxito externo. Cuando alineamos pensamiento, palabra y acción, la vida deja de ser reactiva y se vuelve consciente.
No se trata de saber más, sino de vivir mejor. La verdad no libera por conocerla, libera cuando se practica.
Y lo confirmo cada día: la actitud es la mitad de todo.
César Pérez Méndez
Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Usac), con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación (Usac). CEO de La Voz de Xela, profesor universitario y conferencista.
OpiniónMargarita PasosPasos al éxitoCésar Pérez Méndez
Mitos de la histerectomía y la sexualidad femenina
A pesar de su frecuencia y seguridad, alrededor de la histerectomía circulan numerosos mitos, especialmente relacionados con la sexualidad femenina.
La histerectomía, la cirugía en la que se extrae el útero o matriz, es uno de los procedimientos ginecológicos más comunes en el mundo. Cada año, miles de mujeres pasan por esta operación por motivos médicos como miomatosis uterina, hemorragias crónicas, adenomiosis o prolapsos.
A pesar de su frecuencia y seguridad, alrededor de la histerectomía circulan numerosos mitos, especialmente relacionados con la sexualidad femenina, generando miedo, desinformación y, muchas veces, decisiones basadas más en temor que en evidencia. Hoy quiero romper esos mitos con claridad y con ciencia.
Mito 1: “Si me quitan el útero, perderé mi deseo sexual”. Falso. El deseo sexual no reside en el útero. La libido está influenciada por factores hormonales, emocionales, de pareja y de bienestar general. Un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association (JAMA) evaluó la función sexual de más de mil mujeres antes y después de una histerectomía. Los resultados fueron contundentes: la mayoría experimentó igual o mayor deseo sexual tras la cirugía, especialmente cuando la operación resolvió síntomas previos como dolor, sangrado excesivo o anemia.
Mito 2: “Después de una histerectomía ya no voy a poder tener orgasmos”. Falso. Los orgasmos se generan principalmente por estimulación del clítoris, la vulva, el piso pélvico y, en algunas mujeres, del punto G. Ninguna de estas estructuras se elimina durante una histerectomía. Investigaciones del American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) revelan que las mujeres pueden mantener su capacidad orgásmica de forma intacta, y muchas reportan orgasmos más placenteros porque disminuye el dolor pélvico
La histerectomía no disminuye el tamaño ni la capacidad elástica de la vagina. El canal vaginal permanece igual porque la cirugía se realiza sobre el útero, no sobre la vagina. Estudios del International Urogynecology Journal han demostrado que la percepción sexual de las parejas.
Un metaanálisis publicado en Obstetrics & Gynecology analizó más de 35 estudios y encontró que entre el 60% y el 90% de las mujeres experimentan una mejora en su sexualidad después de la histerectomía.
Las razones:desaparece el dolor pélvico, mejora la anemia y el cansancio crónico, se eliminan sangrados intensos, aumenta la calidad de vida. Y cuando una mujer se siente bien, su sexualidad también florece. Estudios del North American Menopause Society confirman que, con un acompañamiento adecuado, las mujeres mantienen una vida sexual plena, incluso tras la ooforectomía.
Sara María Mendoza G.
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.
OpiniónSexología
Principios bíblicos para cuidar tus finanzas en este fin de año
Practica la gratitud: reconoce lo bueno y cómo Dios ha sido fiel en tus finanzas.
Para muchos, el fin de año trae metas nuevas y una revisión de las finanzas. La Biblia ofrece guías atemporales sobre sabiduría, disciplina y generosidad que pueden ayudarte a administrar mejor tus recursos, reducir deudas y planificar para el futuro sin perder de vista valores espirituales.
Reconoce a Dios como la fuente de tus recursos. Proverbios 3:9-10: “Honra al Señor con tus riquezas, con los primeros frutos de todo tu cultivo; y serán llenos tus graneros…”.
Establece un hábito de agradecimiento por lo que tienes. Incluye a Dios en tus planes financieros; ora o reflexiona sobre tus metas y prioridades.
Practica la mayordomía y la disciplina. Proverbios 21:20: “En la casa del sabio hay tesoro precioso y aceite; mas el necio todo lo consume. Crea un presupuesto realista para el mes/fin de año. Registra ingresos, gastos y ahorros para conocer tu situación. Evita gastos impulsivos estableciendo reglas simples (espera 24–72 horas, pregunta si es “necesidad o lujo”).
Aprende a vivir con menos de lo que ganas. Proverbios 22:7: “El rico domina a los pobres, y el que toma prestamos es siervo del que le presta”. Prioriza la reducción de deudas y evita nuevas obligaciones innecesarias. Si tienes deudas, elabora un plan de pago y negocia tasas cuando sea posible. Reserva un fondo de emergencia equivalente a 3–6 meses de gastos básicos.
Sé generoso de manera sabia. 2 Corintios 9:7: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al que da con alegría”.
Dedica una porción de tus ingresos a la ayuda a otros, incluso si es pequeña.
Investiga organizaciones confiables y define criterios para apoyar regularmente.
La generosidad también implica ayudar a familia o amigos en necesidad sin comprometer tu estabilidad.
Planifica para el futuro sin perder la esperanza. Salmo 37:25: “Joven fui, y he envejecido, y no he visto a justo desamparado, ni su descendencia mendigando pan”. Establece metas financieras para el próximo año (ahorro, inversión, educación).
Si te es posible, consulta a un asesor financiero para inversiones adecuadas a tu perfil. Evalúa seguros y protección para tu familia (salud, vida, vivienda).
Sabe diferenciar entre necesidades y deseos. Mateo 6:19-21: “No almacenéis para vosotros tesoros en la tierra…”.
Haz listas de “necesidades” vs. “deseos” y prioriza lo necesario. Evita compras por presión social o estacionalidad (endulzadas por ofertas de fin de año).
Cierra el año con revisión y gratitud. Haz un balance financiero de los últimos 12 meses: Ingresos totales y gastos principales.Deudas reducidas y ahorros aumentados.
Lecciones aprendidas y ajustes para el año siguiente.
Practica la gratitud: reconoce lo bueno y cómo Dios ha sido fiel en tus finanzas.
Edwin Ibarra
Médico Especialista en Cardiología y Ecocardiografía. Coach, conferencista y entrenador certificado por el Programa de John Maxwell, Pastor de la Red de Empresarios y Profesionales de Iglesia Bethania Quetzaltenango. Fundador de los Proyectos “Sanando el Corazón” y “Discipulado Empresarial 20/20”.
OpiniónReflexión
Conectar con “para qué” antes del “qué”
Estamos hoy justo a la mitad del último mes del año, que, en lo personal, es el mes más especial, no solo por mi cumpleaños, el de mi hija o el aniversario con mi esposo, sino por el ambiente navideño, la armonía y amabilidad que encontramos con más frecuencia, los planes que empezamos a proyectar para el nuevo año y todos los sueños que se llenan de esperanza para hacerlos realidad. Desde que tengo memoria, estas fechas se vuelven conexión con aquellos que nos importan; encontramos la oportunidad para ser mejores y una chispa interna se enciende para aumentar nuestra fe.
Y mientras idealizamos todo aquello “que” queremos o “qué” haremos, pocas veces cuestionamos “para qué”. Sin un propósito claro, los sueños, las metas u objetivos que nos tracemos podrán ser poco sostenibles. El “para qué” tiene un poder intencional, con sentido y fuerza para conectar con la energía que nos lleva a sentirnos orgullosos, suficientes y en paz.
Es importante aprender a escucharnos con honestidad, compasión y mucha atención, permitirnos estar en silencio para que el ruido externo y de aquellos que opinan sobre nuestra vida sea cada vez más bajo. Analizando conscientemente la elección de vivir con intención y valor, hacía aquello que anhelamos de corazón. Antes de rodearte de las típicas preguntas: ¿qué quieres lograr?, ¿qué nuevos objetivos te vas a plantear?, ¿qué vas a ganar?, ¿qué cambios necesitas hacer?... elige profundizar en el “para qué”, ordena tus ideas, tus pensamientos y emociones.
El “para qué” no acelera el camino, pero sí le da dirección y sentido a una vida que resuene con tu esencia. Recuerda que en los pequeños detalles está, el poder de tu imagen.
Carol Contreras
Coach de Imagen
A poco de la cima y de un amanecer
Cuando se está próximo a llegar a la cima de un cerro, montaña o volcán, se experimentan muchas sensaciones y sentimientos, tales como satisfacción, energía, fuerza, alegría, agradecimiento y, en ocasiones, cansancio, agotamiento, desesperación y hasta dolor, para seguidamente visualizar un hermoso amanecer o una cima completamente cerrada; lo más importante de la experiencia es tener presente que cuando se está a poco de la cima y de un amanecer, basta recordar todo lo que se ha vivido, la dificultad o facilidad del recorrido, la utilización de tiempo y esfuerzo empleado, la determinación de alcanzar la meta, como para desistir de llegar y culminar.
A escasos dieciséis días de la cúspide de este año en el que seguramente se vivenciaron muchas experiencias buenas y no tan buenas, es preciso tomar el tiempo para ver en retrospectiva que, pese a lo que se haya vivido, se está a punto de llegar a la culminación de un periodo de tiempo; posiblemente habrá personas que visualizaran un amanecer espléndido; por otro lado, habrá otras personas que afrontaran un mal tiempo, pero no por eso significa que no habrá esperanza de un amanecer nuevo cargado de oportunidades por delante.
A poco de la finalización de este año, es el momento para validar cada paso dado, es el instante para visualizar un mosaico de vivencias, es el momento para contar logros, sino también para valorar cada caída que nos enseñó a levantarnos; es el espacio propicio que se abre para agradecer lo que fue, lo que no fue y lo que está por llegar, es entender que cada cierre de ciclo es el inicio de algo nuevo.
A poco de la cima y un amanecer, es creer que valió la pena todo lo vivido porque, como en la vida secular, todo obra para bien cuando amamos a Dios y, al final, todo tiene sentido.
Silvia Morales Paniagua
Docente de nivel primario y básico con Especialidad en Ciencias Naturales. Licenciada en Administración Educativa y Magíster en Educación Superior.

















